domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo 4: La isla misteriosa

Empecé a adentrarme en la isla, me sentía con la intriga de saber que planeaban mis amigos en aquel momento, miré la brújula para pensar en que dirección tendría que ir, asique escojí el oeste. En aquella isla se veía de todo, pájaros, plantas raras, de todo un poco. Al cabo de varios minutos llegué a otra playa, en la que encontré otra nota, que decía:


-Vete en dirección al centro, justo en el volcán estamos nosotros asique date prisa.


Fui en dirección al volcán como me habían dicho, de repente una fuerte ráfaga de viento me tiro al suelo, con la mala suerte de golpearme en la cabeza con una roca y quedar inconsciente, mientras estaba inconsciente me acordé de la joven a la que vi, y también me acordé de algo que oí cuando estaba en el lago:


- Lo siento, pero no puedo


Esas palabras no me decían nada, pero seguía pensando inconscientemente, y me acordé de aquellas lágrimas cristalinas que caín de esos ojos de color miel tan bellos, me desperté pasadas 2 horas, me levanté rápidamente, pero con dolor de cabeza por el golpe que había recibido. El suelo estaba húmedo como si en esas dos horas que pasaron hubiese llovido, me subí a una palmera para ver cuanto me quedaba de camino hasta llegar al volcán, faltaban varios kilómetros, bajé, cojí la mochila y seguí mi camino hacia donde estaban mis amigos, de repente, me entró sed y seguí para ver si encontraba algún río o riachuelo para poder beber, tras andar dos kilómetros sediento, encontré el tan ansiado arroyo, bebí todo el agua que pude hasta hartarme, y como vi que se hizo de noche, dormí allí.

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